sábado, 28 de mayo de 2016

Te escribo como si me leyeras.



Otra vez parece que la noche me duele, de nuevo al caer el sol, me preparo un café, me siento en mi cama y comienzo a pensarte, de nuevo las letras se me salen de las manos y las lágrimas de los ojos. Quisiera poder decírtelo de frente, decirte que te extraño, que me haces falta, pero solo lo plasmo en papel, solo estoy escribiéndote como si lo fueras a leer.
Me vuelvo loca al pensar lo que éramos, lo que teníamos, lo que decías que me amabas, pero más me enloquece el no saber si tú también me extrañas, muero por saber si tú también me dedicas, ya no el día entero como yo, solo quiero unos minutos al día en tu mente, con eso sabré que no he salido de tu corazón.
Compartíamos todo, nos contábamos nuestras cosas, uno era el apoyo del otro siempre, no había detalle que no conociéramos mientras estábamos juntos, hablábamos todo el tiempo, y ahora que termino, somos unos completos extraños que ni se regresan el saludo, y no sabes cómo me duele, pero sé que me dolerá más el día que me dé cuenta que sales con alguien más, no sé si pueda soportar tal dolor.
Te tengo que dejar ir, pero no sé cómo obligar a mi corazón que te suelte, que entienda que lo de nosotros ya pasó, que pasó como un huracán que todo destruyó cuando te fuiste,  pero a fin de cuentas, ya pasó. Ya solo me queda hacer el recuento de los daños, un corazón roto, miles de sueños e ilusiones inundadas en mar de lágrimas en que convertiste mis ojos.

Sé que soy una tonta al seguir pensándote, al seguir queriéndote y al esperar que algo harás para evitar que me sienta como me siento, me siento estúpida cuando de la nada entras en mi cabeza por un bello recuerdo de nosotros, y de repente sales de mi corazón en forma de llanto, ya no quiero llorar por ti, ya no quiero sufrir por ti, en serio ya no quiero estar enamorada de ti, pero tal parece que no puedo dominar mis sentimientos.

Solo quiero tomar tres pastillas de “hasta nunca” y dos de “ya te olvidé”, para que de manera mágica tu recuerdo me deje de perseguir, ¿Qué te mantiene tan ocupado como para no extrañarme, porque no me extrañas? Como hiciste tú para borrar todo el mundo que me dibujaste, como  le hiciste para sacarme de tu vida tan rápido, o ¿es qué siempre jugaste  y nunca me quisiste?
Termino esta carta diciéndote que yo aún deseo saber de ti, como te fue, que comiste, deseo saber si me extrañas, simplemente sello esta carta que no leerás, con un te deseo a ti y a la vida que teníamos juntos.
Está próximo a salir el sol, mi café se enfrió, de nuevo otra noche dedicándote unas líneas que escribo como si las fueras a leer. No sé cuántos días llevo sin estar contigo, lo que sé es que las noches son más largas y dolorosas sin ti.

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