lunes, 18 de julio de 2016

Si no sabes si dejarlo o continuar, esto es para ti.


Hoy quisiera decirte que tú vales mucho. Eres tan bella como inteligente, y tienes ese don tan especial de saber hacer sentir bien a las personas que te rodean. Mira a tu alrededor y fíjate cómo, cuando sonríes, iluminas el mundo de los que te observan.
Nadie puede negar que eres una mujer de grandes capacidades y talentos, de esas que se esfuerzan por conseguir lo que quieren, que sueñan y luchan por sus deseos más profundos. Tu sonrisa contagia a todo el planeta con su fulgor, tanto que, si la gente pudiera, te observaría brillar desde el espacio exterior. Sabes ser una buena hermana, amiga, tía, novia, prima, esposa, compañera de trabajo, porque eres una buena mujer. Cuando las circunstancias son adversas, eres valiente y fuerte como una guerrera; pero cuando alguien requiere de tu cariño, eres delicada y tierna como una rosa. Eres una ganadora, tanto que tienes al mundo y a los hombres a tus pies; todos darían lo que fuera por una mirada tuya, por un beso tuyo…
De manera que el hombre que te tenga, debería valorarte mucho, amarte, respetarte y admirarte, porque mujeres como tú no se encuentran muy seguido en este tierra.

Sin embargo, si el hombre con el que estás no te hace sentir amada, déjalo y ve y busca al indicado, aquel que sí merezca esa sonrisa tuya, esos labios tuyos, esas ganas de vivir tuyas, esa dedicación tuya por todo lo que haces y esa entrega que le dedicas a la relación, porque tú sí sabes el valor de tener una pareja, así que si él no lo aprecia, aléjate.
Ahora, una vez que te hayas ido, no le guardes rencor a la persona que estás dejando. Si no te amó ni te dio el lugar que merecías, él se lo perdió; ni modo, así suele ser la vida, a veces no empatamos con las personas que esperamos. No lo odies, porque tú no mereces albergar un sentimiento tan feo como el odio, tú, que eres un alma noble, sólo puedes tener sentimientos nobles. Agradécele por todas las experiencias a su lado, por todo lo aprendido y, sobre todo, por haberte dejado ir y comprender que no eran el uno para el otro.
Y entonces lánzate en búsqueda del amor verdadero, uno que no sea cobarde, porque el amor es sólo para valientes, para los que se atreven a arriesgarse y a entregarse por completo. Si algún día te invade la nostalgia y te entran las ganas de regresar con el hombre que no supo amarte, sólo recuerda cuánto vales y que tú mereces mucho más que lo que te dio aquel que no te valoró. Nunca, entiéndelo bien, nunca vuelvas a entregarte a menos que la otra persona esté dispuesta a entregarse también.

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