sábado, 2 de julio de 2016

Carta de un hombre felizmente casado a las mujeres que tratan de seducirlo.


Afortunadamente, no son pocos los hombres leales que desean serle fieles a sus esposas, sin embargo, en el camino se encuentran con algunos obstáculos. Es por eso que este hombre decidió escribir una carta dirigida a aquellas mujeres que se empeñan en seducir a hombres que ya han encontrado al amor de su vida y que no están interesados en nadie más.
Esta carta la vi hace tiempo publicada en redes sociales y me pareció muy linda. El hombre que la escribe en verdad ama a su esposa. Todas quisiéramos un hombre así. La carta muestra la otra cara de la moneda de la infidelidad: no la de los hombres que engañan a sus mujeres, sino la de las mujeres que seducen a los hombres casados o en una relación de pareja.
A continuación, les transcribo íntegramente la carta en cuestión:
“Queridas mujeres,
Aunque no lo crean, encontrar el amor es uno de nuestros sueños, y en el camino, nos equivocamos y lastimamos, muchas veces sin querer, y algunas otras sabiendo.
Antes de conocer al amor de mi vida, pasar tiempo con amigas era una de mis actividades preferidas. No voy a negar que las mujeres son lo mejor que Dios ha creado y que no sé qué sería de nuestra existencia sino fuera por ustedes. Pero cuando me enamoré, las cosas cambiaron, para mí y para quienes eran mis amigas.

Ahora, la mujer más importante de mi vida es mi esposa y ella se merece toda mi atención. Ustedes, probablemente han estado enamoradas de alguien alguna vez, y han sentido que el mundo sólo giraba porque esa persona existía a su lado, saben lo que se siente tener miedo de que otra mujer aparezca, y que en un abrir y cerrar de ojos, les robe a quien las hace tan felices.
Y sí, la infidelidad, es de a dos, y en última instancia, yo como hombre tengo la oportunidad de decidir seguir o no a la tentación. También es cierto que quien tiene el compromiso soy yo, porque soy el que está casado y quien hizo la promesa de serle fiel a mi esposa, y de eso tomo toda la responsabilidad, sin embargo, hay algunas cosas que se podrían evitar si todos estuviéramos en la misma página.
Mi esposa, la esposa y novia de todos los hombres que se encuentran comprometidos, son mujeres como ustedes y caminan usando exactamente el mismo tipo de zapatos que ustedes. Sienten los mismos miedos e inseguridades que ustedes sienten y tienen el mismo sueño de ser felices que ustedes tienen. Si un hombre está comprometido con otra mujer, háganle un favor a esa mujer y simplemente ignórenlo.
Amo a mi esposa y deseo hacerla feliz. No quiero ofender a ninguna mujer, ni mucho menos quiero hacerlas responsables de las debilidades de nosotros los hombres, simplemente estoy haciendo un pedido a la reflexión. Si todos ocupamos el lugar que nos toca y respetamos lo que no es nuestro, habría menos corazones rotos.
Si alguna vez le rompiera el corazón a mi esposa, sería sólo mi culpa, y tomaría toda la responsabilidad, pero por el bien de su propio bienestar y felicidad, seducir a un hombre comprometido, no es una buena idea. Enamorarse de un hombre casado sólo ocasionará un dolor que puede ser evitado.
Nada es más atractivo en una mujer que el amor que sientas por ti misma. No se rebajen tratando de seducir a un hombre casado. Si este hombre deja a su esposa por ustedes, sólo estará demostrando que no es una buena persona y que, a la larga o la corta, les estará rompiendo el corazón a ustedes.
La mujer que sabe respetarse a sí misma, es y será la mujer más sexy que jamás exista en este planeta.
Sinceramente,
Un hombre enamorado”
Desde luego, la carta se puede prestar para la polémica, pero creo que a final de cuentas el mensaje que transmite es verdaderamente positivo. Las mujeres deberían aprender a darse su lugar y no perder su dignidad tratando de seducir a hombres que ya han encontrado el amor. Cuando un hombre y una mujer han hecho un compromiso, este debe respetarse y nadie debería interferir para quebrantarlo.
Y, como dice la carta, si el hombre en cuestión deja a su mujer para andar con ella, nada le garantiza que con el paso del tiempo no llegue otra seductora que se lo quite, pues al final ese hombre ha demostrado ser muy inmaduro y no saber lo que quiere.
Creo que lo mejor, siempre, es apostarle a la fidelidad.


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