viernes, 30 de septiembre de 2016

Fría, porque no tuvo más elección.


Existen personas que han perdido toda la fe en el amor, que ya no creen más y que huyen de él porque temen que se les vuelva a lastimar.Piensan que el amor falla y duele, cuando la realidad es que es la fuerza que mueve al universo y quienes en realidad terminan fallando y causando dolor, son aquellas personas que no saben de amor.
Un sinfín de personas así se habían atravesado por su camino, por alguna u otra razón siempre creía que la próxima vez sería diferente, sin embargo, eso nunca fue así. Las personas terminaban lastimando sin consideración alguna tal vez por su forma de ser: siempre daba todo a manos llenas, siempre noble, siempre buena, siempre dejando entrar a quien no hacía ni el mínimo esfuerzo, siempre reteniendo a quien no tenía intenciones de quedarse, siempre.

Ella era de las que aman sin medida alguna, de las que se entregan por completo. De esas mujeres que ¨nadie¨ quiere porque nadie de los que se cruzaron en su camino fueron lo suficientemente valientes y hombres para luchar por ella. Cada día en lugar de hacerla sentir valiosa, solo le hacían creer que algo estaba mal en ella y que por eso recurrían a alguien más, que por eso poco a poco perdían el interés.¡Patanes! Eso es lo que eran cada uno de los hombres que conoció, sólo querían poseerla sin la intención de amarla. Y cansada de siempre lo mismo, cayó en el juego, en el juego de dejarse utilizar por los demás, total, que más daba si nunca había sido amada, que más daba si ella también voluntariamente participaba en una ¨relación¨  que como mal empezaba mal acabaría, todo por no caer en la soledad.
Una y otra vez le rompieron el corazón. Y aunque decidió jugar, en realidad terminaba enamorada, entregándose por completo, dando todo a manos llenas, queriendo con todo su corazón, tratando de conquistar y enamorar al otro, siendo la que buscaba, la que llamaba, la que siempre hacía los detalles y se acordaba de las fechas especiales y por más que trataba de ignorar lo que todo mundo sabe (que el amor es de dos) sólo agrandaba su dolor porque evidentemente al final, siempre terminaba vacía y rota.
Ni siquiera ha de recordar cuantos fracasos tuvo, sólo recuerda que su forma de ser no rindió frutos, no recuerda que una sola vez la hayan amado, sólo recuerda el sinfín de veces que la lastimaron.
Por alguna extraña razón siempre elegía el mismo patrón; el hombre infiel, machista y Don Juan, ese que pensaba que por ella habría de cambiar, ¡que ingenua fue!Perder su dignidad, libertad y felicidad por un tipo de hombre que jamás la habría de merecer. Pero a veces todo se debe a nuestra falta de amor propio, a nuestra baja autoestima, a nuestro terror a la soledad y por esas inseguridad vino a parar en donde tenía que parar… en las cuatro paredes de su habitación, llorando canción tras canción, lamentando sus pérdidas, sufriéndole a su dolor, suplicando una y otra vez no volverse a enamorar… jamás.
Un día, cansada de verse destruida decidió que ya no más, ya no más hombres, ya no más amor, ya no más humillación y ya no más dolor. Ya no más permitir que nadie la viera como un juguete, uno que al principio es la sensación y después de un tiempo se pierde la emoción.
Decidió no volver a llorar, no volver a agachar la cabeza, no volver a bajar la guardia, no volver a sufrir más. Creó muros tan altos en su corazón para que nadie pudiera derribarlos. Perdió la fe en el amor y se dedicó a sanar su dolor.
Muchas veces flaqueó y volvió a derramar lágrimas, no le fue fácil superar tanto amargo trago y salir adelante. Incontables veces los recuerdos parecen atacarla, pero se mantiene firme como puede y saca fuerzas de donde no cree encontrar, así no se vuelve a derrumbar.
Su rostro tomó otro semblante. Ahora parece un cuerpo sin alma, su rostro ya no irradia felicidad y por ello la gente suele hablar. No le interesa el amor ni encontrar un príncipe azul, prefiere refugiarse en su habitación y perder el tiempo pensando en todo lo que quizás nunca tendrá: tranquilidad en su alma y paz en su corazón.
Ella no culpa a nadie, aunque le costó mucho terminó perdonando y perdonándose. Simplemente entendió que hay personas que llegan a nuestra vida para darnos una lección, tal vez a ella se le repitió una y otra vez porque parecía no entender.

Y aunque la gente hable a sus espaldas nadie pudiese comprender su forma de ser, sólo se fían del exterior, pero lo verdaderamente importante siempre estará en el corazón. Sus constantes tropiezos, la manera tan cruel en que rompieron su corazón y lo mucho que le costó armarlo de nuevo, hicieron que ella no tuviera más opción… se volvió fría, no tuvo más elección.
Ella ya no busca ni espera a nadie. Quien llegue no tendrá más opción que derrumbar los muros que creó en su corazón, sino, tan sólo que se marche porque definitivamente no será alguien que de verdad quiera amarle. Ella merece mucho más de lo que ha tenido y aunque jure que no desea volverse a enamorar, todos necesitamos un poco de amor para vivir. Tal vez en el fondo de su corazón conserve una pequeña esperanza, tal vez algún día llegue el hombre que la haga bajar la guardia, pero que lo hará porque con ella desea estar.
La gente podrá seguir murmurando que carece de sentimientos, que es un tempano de hielo. Que su corazón se ha envenenado de amargura y soledad. La gente juzgará porque es fácil hacerlo cuando sólo se toma como referencia el exterior. Pero detrás de esa carcasa y de esos muros que hay en su corazón, se encuentra una mujer buena, noble y con hermosos sentimientos que alguna vez amó pero le destruyeron su corazón y por eso en ello se convirtió. Y es que… el lobo siempre será el malo, si caperucita es la que cuenta la historia.
Fría como el hielo, pero en las manos correctas… CUALQUIERA se derrite.



A veces dudo de ese adiós.


Pienso en cuáles sería las palabras adecuadas para decir adiós y me doy cuenta que no las tengo, porque sencillamente dentro de mis planes nunca contemplé la posibilidad de un final. Cuando te miraba a los ojos me daba cuenta de lo distinto que eras a lo que yo soñaba, pero me perdía cada vez más en tu mirada. “Pero qué me pasa”, me dije un par de veces, cuando miraba tus labios y comprendía que encantaban.
Así fue, sin saber cómo, sin entender porqué, sin darme cuenta cuándo… me enamoré. Te vía tan real, tan sincero, tan humano… con tus miedos latentes, con tus inseguridades, con tus errores, con tus defectos, con tus culpas, con todo aquello me enamoré. Comprendí que no necesitaba años para amarte, me perdí una y otra vez en nuestras conversaciones nocturnas, en nuestros saludos mañaneros, en nuestros paseos. Me perdí en nuestras conversaciones, en nuestros sueños, en nuestros planes… ME PERDÍ en ti y me encantaba estar perdida.
Fue una historia de amor de esas que inspiran, por lo menos a mí me inspiró… me inspiró a sonreír, a creer, a confiar, a perdonar, a reír, a dejar atrás los miedos, las dudas, los reproches, el cinismo, el sarcasmo. Me inspiró a ser feliz… y lo fui, fui muy feliz a tu lado; por eso me cuesta comprender que todo ha terminado. El final llegó sin previo aviso, solo con una lágrima y un adiós. No esperaba que las cosas terminaran así, de hecho no esperaba que las cosas terminaran, pero todo tiene un final y según intentaste explicarme este es el nuestro.

A veces dudo, dudo que lo hayas sentido haya sido real, dudo que me hayas querido de verdad; porque me cuesta pensar que un amor como el que vi en tu mirada, como el que con actos me demostraste se haya desvanecido… es que un amor así no se acaba… y por eso dudo.
Trato de convencerme que lo vivido solo fue un espejismo, que fue tu juguete favorito, para no alimentar mis esperanzas de que pronto te des cuenta y regreses arrepentido… y por eso dudo. Me obligo a pensar que en pocos días me has dejado en el olvido, para que al recordarte en lugar de amor sienta el vacío.



Un lobo feroz; eso es lo que quiero.


Definitivamente los hombres siempre serán el tema más sonado, especialmente porque muchos van de error tras error, lastimando, engañando y rompiendo corazones. Esto último les resulta sumamente atractivo a la gran mayoría, pareciera que no encuentran nada más en que entretenerse y divertirse.

Lo peor en un hombre creo que es su doble moral y personalidad. Muchos optan por ser el príncipe azul que todas esperan encontrar y juran y perjuran que jamás te habrán de lastimar, pero al cabo de un tiempo sacan las uñas y te muestran su verdadera cara; resulta que no eran ni la mitad de que lo que simulaban ser, pero se esforzaron un buen tiempo tan sólo para conseguir todo aquello de ti que elevara más su ego y sin importar y sin piedad, suman un corazón roto a la lista de conquistas.

Y cuando por fin descubres que tu príncipe azul no era más que un patético ¨lobito¨, ellos no tienen más interés en quedarse a tu lado, deciden huir sin más y van en busca de otra, otra tonta como tú que todo le has de creer.
Y lo peor de todo es que pareciera que no aprendemos la lección, para muchas siempre termina aplicando la frase¨verbo mata carita¨, no importa que el tipo tenga la peor fama, ni siquiera importa que le puedes leer por encimita, tu caes rendida a sus pies porque te sabe hablar bonito y te endulza el oído y no te importa que esa miel tarde o temprano termine convertida en hiel, crees en él e ignoras todas las señales, ¿será que muchas aman ser masoquistas naturales?

Al menos para mí mentir termina siendo un acto egoísta y cobarde. Eso de enamorar a alguien sin intenciones de amarle es para irse directamente al infierno. Sí, es verdad que muchas veces en parte las mujeres tenemos la culpa de que los hombres se la quieran pegar de¨cabrones¨, todo con tal de escuchar halagos y todas esas tonterías que seguramente con más de una han de utilizar. Sin embargo, creo que por más ingenuas que algunas sean no merecen ser lastimadas, tal vez las mujeres necesiten abrir los ojos pero los hombres necesitan abrir el corazón y darse cuenta del daño que causan y que ninguna mujer lo ha de merecer.
Para mí no hay nada mejor que la sinceridad, si te quieres enamorar, pues ¡vas!, si no, pues tan sólo expón que te interesa algo ocasional más no una relación, si lo que buscan es sexo es tan fácil insinuarlo y decirle, en este caso está de más el palabrero. Creo en la igualdad entre un hombre y una mujer. Todos tenemos las mismas necesidades, así que no veo el afán de mentir con tal de llevarte a una mujer a la cama, eso no te hace un cabrón…te hace un patán.
Lo peor viene cuando fingen sentimientos, verdaderamente no logro entender por quién fueron educados, creo que un hombre así: falso y mentiroso, no vale siquiera un peso y es lo más vacío y patético que puede existir.
Al menos yo, hace mucho que dejé de esperar y buscar al príncipe azul, ¿para qué? si de buenas a primeras terminan sacando las garras y dejándose ver como un triste ¨lobito¨ que tan solo sabe lastimar, ignorando que algún día todo se le habrá de regresar.

Al menos hoy, yo prefiero un lobo feroz. Esos que te tiran la baraja en la primera cita o a la primera mirada. Los que no se andan con rodeos ni juegos. Los que son hombres de verdad y saben y te dicen a lo que van. Los que te dejan elegir si continuar la partida o retirarte. Los que no se fijan tan sólo en su diversión o en llenar sus necesidades, sino que también satisfacen las tuyas.
Ahora quiero un hombre y sincero, un hombre que no se ande con estúpidos rodeos, un lobo feroz y no un lobito, ¡eso quiero!
Y es que el lobo feroz siempre se mostrará como es y se sabe retirar cuando la mujer dice no, porque a pesar de no ser el hombre perfecto ni el de tus sueños, él sabe respetar y sumar corazones rotos no es su visión. Él sabe que en el río hay muchos peces aunque la realidad es que siempre te termina ganando aunque todo sea un ¨juego¨y te haga consciente de ello, y es que a pesar de su personalidad y de no quererse enamorar, son detallistas, divertidos, pervertidos y caballerosos. Con él no hay medias tintas, tú sabes a lo que te atienes y la decisión queda solamente en ti. Sí, es verdad que el hombre lobo resulta ser todo un galán, pero te aseguro que no es imposible de enamorar, basta que llegue el momento en que se desee estacionar.
Por otro lado, el lobito no es más que un hombrecito atormentado por su pasado, seguramente le hirieron anteriormente y por ello desea regresarla con otras personas. También pudiese ser que es tan inmaduro e inseguro que no busca más que otra cosa que elevar su autoestima, sin importar a quien perjudique o lastime.
El lobito siempre se mostrará como el príncipe salido de los cuentos de hadas, él chico perfecto que incluso hasta tus papás querrán para ti.Puedo asegurar que te derretirá con sus demostraciones de amor y tratándote como una dama, aunque la realidad es que sólo desea llevarte a la cama.

A él no le importa que te hayas enamorado, tampoco te advirtió que no lo hicieras, todo lo contrario, se mostró muy enamorado y juró amarte, pero tan sólo consigue lo que quiere huye como el peor de los cobardesy su juego inicia otra vez… con alguien más.

Siempre será mejor exponer la verdad. A más de una mujer no le interesa enamorarse pero si pasarla bien, basta que coloques tus cartas en la mesa y muestres tu jugada y permitas a la dama elegir. No hay mejor arma para acabar con los corazones rotos que la sinceridad.¡No enamores sino tienes la intención de amar!
¨Yo prefiero un hombre lobo… que me vea mejor, me escuche mejor y me coma mejor¨. 
Un lobo feroz, eso es lo que quiero. Un hombre que me dé la oportunidad de elegir si quiero aventura o no. No un niño tonto atormentado por su pasado, que finja amarme y me termine enamorando para después hacerme a un lado. Y tú, ¿qué prefieres?




Una mujer que se ama a sí misma, no ama a cualquiera


Una de las cosas más importantes que he aprendido a lo largo de este camino llamado vida, es que el amor más importante de todos, es el amor propio. Y que una vez que lo comprendes, no aceptas en tu vida un amor menos intenso que ese.
Pero amarse a uno mismo, no siempre es un camino sencillo, ya que ante todo, es aceptarnos incondicional y completamente en todos nuestros aspectos. Tanto nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma. Porque de no ser así, sin este amor, nos volvemos personas vacías con la necesidad de la aprobación y reafirmación constante de los demás. Y en base a esa aprobación o rechazo es que medimos nuestra valía, lo cual nos lleva a involucrarnos, regularmente, en relaciones tóxicas, destructivas, porque no somos capaces de exigir ser tratadas con el respeto y el amor que merecemos.

Cuando no nos tenemos el amor suficiente, vivimos buscando medias naranjas o almas gemelas que nos completen, nos den seguridad, que nos quiten la soledad de encima, que nos hagan felices, alguien que coloque sobre sus hombros el control de nuestra vida, una vida que sólo es responsabilidad nuestra. Y estas situaciones, con el tiempo, nos llenan todavía más de frustración y desequilibrio en nuestra vida. Pero lamentablemente comprendemos a base de golpes o malas experiencias que nada ni nadie podrá llenar nuestras carencias, sino solo uno mismo.

Amarse a uno mismo es todo un arte, un reto y una gran lección, pero una vez que lo dominas y te aceptas tal como eres, con tus imperfecciones y tus cualidades, con tus debilidades y fortalezas, te vuelves más fuerte, más segura de ti misma, más grande y brillante, más verdadera, por lo que no permites que nadie que no lo valore, opaque tu vida. Te amas tan fuerte que exiges la misma intensidad.
Una mujer que se ama a sí misma, sabe que es única y tiene mucho que ofrecer. Que no vino a este mundo a ser la opción de nadie, por lo que no quiere ni permite un amor a medias, inseguro, lleno de dudas, y mucho menos, ser la sombra de nadie. Las migajas son para los conformistas, personas que no aspiran a más porque no creen merecerlo y ella, como la mujer valiosa que es, merece que la amen, le den atención, tiempo y lo más importante, respeto.
Mujer, anda, quiérete, valórate, aprende a darte un beso todos los días, abraza eso que eres; porque al final, la relación más importante de todas, es aquella que tienes contigo mismo. Y si después de eso, puedes encontrar a alguien que te quiera de la misma forma que tú te quieres… será simplemente fabuloso.

Sabes que naciste para brillar y que lo menos que mereces, es un gran hombre que se sienta orgulloso de ti, y que ese orgullo lo grite a los cuatros vientos, o de ser posible, al mundo entero.



jueves, 29 de septiembre de 2016

Quiero amar a la antigua.


Muchos suelen decir que les gustaría amar para siempre, pero cuando entran en una relación, se la pasan anclados en el pasado, sin poder soltar viejas experiencias. Y cuando menos se dan cuenta, su nueva aventura ya se comenzó a desgastar.
Por ejemplo, me fijo en mis abuelos. Ellos llevan 58 años de matrimonio, y es ahí cuando me pregunto: ¿cómo lo han logrado? También he notado ciertos detalles en el modo de ser de mi abuela. Un día, se le cayó la tapa de su antigua azucarera, y ella, ya con sus años encima, se agachó para recoger con la mano los pedacitos, los fue levantando uno por uno, para después sentarse en la mesa, con una botella de pegamento, y comenzar a armar con mucha dedicación los pedacitos de aquella tapa.
Yo observaba todo y, desde luego, le dije que no era necesario que reparara esa vieja tapa, que yo le compraría una nueva azucarera. Ella, sin dejar de pegar pedacito a pedacito, me dijo: “los jóvenes de ahora ya no entienden el valor de las cosas, esta azucarera nos la regalaron a tu abuelo y a mí, y en esa época no teníamos mucho, así que aprendimos que cuando algo se rompía, no era necesario correr a reemplazarlo por algo nuevo, sino que siempre hay que buscar la forma de repararlo”.
El noviazgo de mis abuelos duró sólo 9 meses, pero fue su modo de ver la vida lo que les favoreció para durar casi seis décadas juntos en armonía.

Yo quiero un amor así, un amor a la antigua, quiero enamorarme de alguien que eleve mis pies del suelo y me permita volar. Sentir adrenalina cuando sus ojos me miran fijamente, quiero que tome mi mano al caminar, quiero que camine a mi lado porque es ahí donde quiere estar.
Alguien que me abrace por la espalda sabiendo que no puedo volverme porque mis manos están ocupadas pero no se limita a amarme sólo cuando puede, sino cuando quiere.
Quiero que sepa que no soy perfecta, que tengo mal humor, pero que voy a amarlo para siempre, que voy a amarlo a la antigua, que no buscaré su remplazo si no es perfecto. Quiero que me enseñe a entenderlo, a ayudarlo a llegar alto, y que aún en la cima sepa que sus ojos me seguirán viendo a mí, y su corazón seguirá a mi lado. Le ofrezco litros de pegamento para reparar nuestro amor cada que quiera romperse, un corazón desnudo, y el secreto de cómo saber cuándo intento mentir.
Voy a decirle que mi pasado es oscuro, pero quiero vivir y ver la luz al final del túnel a su lado.
La gente suele decir que sólo se ama una vez en la vida, pero yo quiero amar mil veces, de mil formas a una sola persona y que esté dispuesto a amarme igual. Que suelo ser celosa porque no soy la más segura, que mi manera de amarlo no se basa en sus errores sino en las sonrisas que me provoca.
Deseo tener un amor a la antigua para que me extrañe cuando salga de casa por días, y a mi regreso me haga sentir como si nunca me hubiera ido. Quiero cocinar más rico que su mamá, y abrazarlo cuando necesite consuelo. Quiero, en ocasiones, ser la que lleve la iniciativa al tomar algunas decisiones y quiero tener siempre esa sensación en el estómago cuando nos besamos.
Quiero, a final de cuentas, descubrir junto a él lo que significa tener un amor a la antigua y reinventarlo cada día.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Comprendí que no es justo esperar a alguien que no sabe lo que quiere.


Agoté mis lágrimas y también mi paciencia para esperar por ti, se me ha agotado la angustia, pero han quedado unas inmensas ganas de volver a sonreír.

Aún no comprendo  cuales fueron sus razones para marcharse, ni las causas de su desvanecido amor al dejarme, pues lo único que hice fue intentar darle lo mejor.

Sé muy bien que debería odiarle, pero es tanto el amor que no puedo desearle ningún mal, sin embargo es injusto que me haya pagado tan mal, nada le costaba hablar claro, decir la verdad, si no podía quererme, que ganaba con aparentar, hubiera sido mejor ser honesto y admitir que no me podía amar; y sin embargo, refirió actuar con premeditación, guardar silencio y romperme el corazón.

Es duro aceptar que de su parte todo fue una actuación, las palabras, los besos, los sueños en común, me duele aceptar que solo fui su pasatiempo, su diversión, me duele formar parte de su cruel colección.
Sé que no se acaba el mundo, ni mucho menos la ilusión, sé que aún me faltan muchos momentos por vivir, mucho amor por sentir, tantas cosas por hacer, puedo comprender que nunca fue el amor de mi vida, fue solamente una fantasía, tengo fe en que el amor real , no tardará en aparecer.

Sé que debo ser fuerte, que esta es una de tantas caídas de las que me tendré que levantar, no tengo duda que esta fue una lección más para fortalecer mi carácter, para no volver a confundir al verdadero amor de mi vida.


He decidido no guardar rencores, seguir de frente y perdonar los dolores,  juro que a pesar de todo, no le guardo rencor.

 Deseo que le vaya bien, de todo corazón  le deseo lo mejor.



martes, 6 de septiembre de 2016

No tenían muchas cosas en común, pero estaban locos el uno por el otro.

Se notaba a lo lejos lo mucho que se amaban, tenían fuego en la mirada y pasión en su alma, y sin embargo, eran tan diferentes, que a veces chocaban, muchas veces se peleaban, pero lo cierto es que cuando estaban lejos, se extrañaban
Era obvio que no podían vivir el uno sin el otro…
Él la miraba como si ella fuese magia, ella le correspondía con besos, con sonrisas, con miradas, El adoraba besar su frente, ella adoraba besar sus ojos y toda su cara, ella adoraba sobre todo morder sus labios en las madrugadas.

Había una gran complicidad entre ellos, había entre los dos algo que los acoplaba, eran el complemento perfecto, eran almas gemelas que a veces no congeniaban
Los dos eran dominantes, necios y arrogantes, siempre buscando tener la razón, pero lo triste de todo, es que  en medio de una discusión, un día vencidos por el enojo, se dijeron adiós.
Lo cierto es que fueron muy tontos los dos, les ganó el orgullo, les gano un momento de exaltación, tristemente, dejaron escapar el  amor, como si fuera tan sencillo encontrarlo en cualquier rincón.
No se dieron cuenta de la suerte que tenían al estar juntos, no se dieron cuenta de que perdían todo al dejar que sus diferencias vencieran la ilusión.
Y sin embargo, los dos eran tan orgullosos, que  a pesar de su tristeza, ninguno de los dos cedió.
El ahogo sus penas en alcohol, ella muchas noches le lloró…
Pasaron algunos años, tal parecía que su amor se había olvidado, pero el día menos pensado, el destino les jugó pesado,
Se encontraron frente a frente, tan iguales, pero tan diferentes, los dos un poco más maduros, menos impulsivos, más coherentes.
Les basto una sonrisa para descubrir que el amor no se había evaporado.
Los latidos de su corazón casi no los dejaba respirar, pero él se armó de valor y la volvió a besar, ella no opuso resistencia, ella moría de ganas por volverlo a mirar.